
Sebastian
La odiaba. Con cada pedazo de mi corazón destrozado, la odiaba. Pero también seguía amándola.
¿Cómo demonios era eso posible? ¿Odiar tanto a alguien y amarla al mismo tiempo? ¿Ser incapaz de resistirme a ella y desear que nunca hubiera vuelto a entrar en mi vida?
Si alguna vez hubo una mujer que me confundiera, esa era Zoey. Fue la primera chica que amé, y con quien planeaba pasar mi vida. Hasta que tomó sus promesas vacías y sus votos de amor y se casó con otro hace todos esos años.
Alguien que le hizo a ella lo que ella me hizo a mí. Quería alegrarme de que estuviera tan arruinada como yo, pero no podía.
Zoey
Odiaba pedirle cualquier cosa a Sebastian. Él dejó más que claro que no quería saber nada de mí. Era mejor mantener la distancia.
Entonces, ¿por qué me besó?
Su respuesta no fue lo que esperaba. No sé qué esperaba, pero ¿que no puede resistirse a mí? No. Eso tenía que ser una broma.
Pero esa mirada. La forma en que me llevó a su cama y me hizo suya. Sin palabras.
Era como si los años no hubieran cambiado nada, pero lo habían hecho. Y se aseguró de que lo supiera con sus palabras de despedida.
—No vamos a volver a estar juntos, Zoey.
Mensaje recibido.
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