Poco se puede decir del siglo XX que sea bueno para la humanidad. Sus comienzos darían la bienvenida con la Primera Guerra Mundial, que provocaría millones de muertes y la aparición de la Gripe Española como colofón. Pero Nostradamus no fijó extrañamente sus predicciones precisamente en la Gran Guerra, sino en la siguiente. Un conflicto que desenmascararía la verdadera crueldad del ser humano dirigida por la figura del Tercer Anticristo, el Tercer Reich Alemán Ario, Hitler. ¿Cómo ver estos sucesos sin estremecerse? Nostradamus vería con angustia los artefactos de guerra utilizados para masacrar a la población, la llegada del segundo holocausto a semejanza del llevado por Nabuconodosor, y la casi extinción de los judíos como en tiempos romanos. Michel se sumió en una hecatombe de imágenes difíciles de describir para alguien de su época. Pero fiel a su don, logró hacernos llegar el nombre de sus mayores protagonistas; Hitler, Mussolini y Franco. Tres personajes que hicieron que hasta mediado de siglo el mundo entero supurara sangre de inocentes esparcida por la locura y los sueños de grandeza de quienes se creyeron semidioses. El final de la Segunda Guerra Mundial tocó a su fin y fue cicatrizando sus heridas bajo el espejismo de la paz y Unión de Naciones. Pero la Tierra no estaba tranquila y se tornó más agresiva, dispersando nuevas enfermedades, hambrunas, sequías, inundaciones y fuertes terremotos que parecían castigar los pecados del pasado. Es cierto que Michel vio un periodo de paz larga que nos llevaría a avanzar hasta límites insospechados; navegar bajo el agua, volar por el aire, y la conquista de otros planetas. Pero una vez más, la historia cae con la losa de nuestra hipocresía. Antes de terminar la centuria estallaría la Guerra de los Balcanes implicando a la OTAN, y con ello a todos los países que la componen. Mientras, el juego del Cuarto Anticristo se dejó entrever antes del cambio de siglo y la llegada del Septimo Milenio. La larga Guerra contra el Terror estaba a punto de dar comienzo.

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