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Cuántas veces nosotros queremos resolver nuestros propios problemas y no dejamos actuar a Dios.
Pasamos años esperando que El responda, pero el problema es de nosotros, porque nuestra oración es muy vacía. Ante una necesidad nos dirigimos a Dios para que nos ayude sin abandonarnos a él, es sólo una oración interesada en un momento de crisis pero el mismo Jesús lo dijo: "Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos", es necesario abandonarnos primeramente a la misericordia de Dios para que él pueda obrar.
El abandono consiste en dejar hacer la voluntad de Dios: "Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad él nos oye. Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que hemos pedido " 1 de Juan 5, 14-15.