El Consejo de Europa adoptó las Directrices sobre una justicia adaptada a los niños, y su exposición de motivos, en 2010. Tomando como base las normas existentes a nivel internacional y europeo, en particular la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y el Convenio Europeo de Derechos Humanos, las Directrices tienen por objeto garantizar el acceso
efectivo de los niños a la justicia y su derecho a recibir un trato adecuado en ella. Estas Directrices son aplicables a todas las circunstancias en las que los niños son susceptibles, por cualquier motivo y en cualquier capacidad, de entrar en contacto con el sistema judicial penal, civil o administrativo. Recuerdan y promueven los principios del interés superior del menor, el cuidado y el respeto, la participación, el trato igualitario y el estado de derecho. Las Directrices abordan cuestiones como los derechos a la información, la representación y la participación, la protección de la privacidad, la seguridad y un enfoque y una formación pluridisciplinares, salvaguardas en todas las etapas de los procedimientos y privación de la libertad.
Se insta a los 47 Estados Partes del Consejo de Europa a que adapten sus sistemas judiciales a las necesidades específicas de los niños, cubriendo el vacío existente entre los principios establecidos internacionalmente y la realidad. Para ello, la exposición de motivos ofrece ejemplos de buenas prácticas y propone soluciones para abordar y resolver vacíos jurídicos y prácticos en la justicia para los niños.
Estas Directrices forman parte integrante de la estrategia del Consejo de Europa sobre los derechos del niño y su programa « Construir una Europa para y con los niños ». Se prevé celebrar en los Estados Partes una serie de actividades de promoción, cooperación y seguimiento con vistas a garantizar la efectiva aplicación de las Directrices en beneficio de todos los niños.
El Consejo de Europa reagrupa en la actualidad a 47 Estados miembros, lo que cubre prácticamente todo el continente Europeo. Su objetivo es el desarrollo de principios democráticos y jurídicos comunes basados en la Convención Europea de Derechos Humanos y en otros textos de referencia sobre la protección de los individuos. Desde que fue fundado en 1949, después de la Segunda Guerra Mundial, el Consejo de Europa ha simbolizado la reconciliación.